Viceprimer ministro del Kremlin, Alexander Novak, sostiene que ya saben a dónde redirigirían sus recursos; la Unión Europea analiza reducir su dependencia energética rusa

Ante los intentos de restringir aún más a Rusia, la nación amagó a Occidente con “consecuencias catastróficas” al anticipar un corte al suministro de gas.

A sólo unas horas de difundir el listado de países “no amistosos” por las sanciones en respuesta a la guerra, entre los que destacan Estados Unidos, Ucrania, Canadá, Gran Bretaña, Japón y los 27 de la Unión Europea (UE), el Kremlin reiteró que no descarta imponer represalias en términos energéticos contra gobiernos que respaldan a la región invadida en este conflicto ante los intentos de realizar embargos en la materia, como lo pide el Congreso estadounidense.

El viceprimer ministro de Vladimir Putin, Alexander Novak, sostuvo que esta región puede terminar con los servicios a sus socios ante los intentos y presiones para fijar más y más sanciones en contra del Kremlin, el gabinete y varios oligarcas y sus familias, pues tras la suspensión del gasoducto Nord Stream 2, cuya certificación está en pausa, podrían cerrar el bombeo desde el Nord Stream 1 y cualquier acción en su contra será peor para quienes se atrevan a embargar recursos rusos.

El funcionario encargado del sector, quien es originario de la nación invadida, señaló que el gasoducto que sigue en operaciones funciona a su máxima capacidad, pese a los bloqueos en su contra, pero que en cualquier momento podrían cortar la salida de gas.

Y ante un posible impacto económico en su contra, descartó que esto no los obligue a cambiar de postura, pues refirió que existen otros mercados a los que pueden trasladar este producto. Aunque no dio detalles sobre los ajustes, insistió que prácticamente están listos para surtir y redireccionar este servicio a otros aliados y contrario a lo que se cree, el golpe podría ser peor para el mercado occidental con un costo por arriba de los 300 dólares por barril, luego de que la semana pasada éste rebasara los 100 dólares.

Al retar a las naciones no aliadas a tomar acciones en su contra, el país reiteró que saben a qué regiones pueden enviar sus ahora sobrantes y aseveró “la única cuestión es quién se beneficia de esto y por qué es necesario”, pues a su consideración el impacto será mínimo en su territorio.

De inmediato, sus advertencias se vincularon al cambio que alista la Unión Europea (EU) en la materia. De acuerdo con Reuters los 27 del bloque regional ya cuentan con un borrador de un planteamiento para limitar o reducir hasta 80 por ciento las adquisiciones de gas, petróleo y carbón rusos, cuyos precios han incrementado desde que escaló el conflicto el pasado 24 de febrero.

Dicha discusión se llevará a cabo esta misma semana, entre el 11 y 12 de marzo, pues se trata de un paso crucial, ya que Europa adquiere casi la mitad de todo su suministro en territorio ruso.

Sin embargo, no todos los gobiernos de la región están conformes con este ajuste. Tal es el caso del canciller alemán, Olaf Scholz, quien apuntó que cualquier cambio impactaría gravemente al continente, pues son dependientes de esa nación en torno a la calefacción, electricidad y hasta el transporte. Incluso, apuntó que ninguna otra zona podría garantizarles el abasto actual.

Cabe destacar que justo Alemania es una de las más dependientes con más de la mitad de su suministro a través de Rusia, mientras que en otras es apenas de 20 por ciento.

Luego de este intercambio, el primer ministro británico, Boris Johnson, llamó a asegurarse de que todas las naciones que actualmente tienen contratos con el Kremlin cuenten con los suministros necesarios o alternativas en la materia, tras reunirse con sus homólogos de Canadá y Países Bajos, Justin Trudeau y Mark Rutte, respectivamente. Incluso, este último insistió que además de dejar atrás la rusodependencia deben hacer que las empresas europeas rompan todo vínculo con esta nación, para así acotar el poder del gobierno de Putin.

 

Fuente: La Razón de México