La mayor capa que cubre el planeta es de agua, lo que incrementa las probabilidades de que los globos de helio terminen en lagunas, lagos, ríos o el mar, indica la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Al caer en ecosistemas acuáticos, peces, tortugas y otros animales pueden llegar a confundirlos con algas, medusas u otros alimentos, para tragarlos. Y al ingerirlos mueren asfixiados.
Por otra parte, cuando los globos quedan atrapados en el suelo, liberan tóxicos y micropartículas como parte de su proceso de degradación, el cual toma un tiempo de más de 400 años.
Esta es la razón por la que enviar la carta a los Reyes Magos en globo se considera una práctica antiecológica. Además, una vez que se agota el helio que los mantiene flotando, se combinan con otros plásticos causando mayor contaminación.