El gobierno australiano abogó el martes por terminar con las extinciones de sus especies únicas de flora y fauna, amenazadas por la actividad humana y eventos meteorológicos extremos como los grandes incendios de 2019 y 2020.
El gobierno del primer ministro Anthony Albanese anunció un plan de diez años para frenar esta tendencia en 110 «especies prioritarias» y evitar mayor degradación en 20 «lugares prioritarios».
El objetivo es evitar cualquier nueva extinción de plantas o animales y conservar al menos un 30% del territorio australiano.
Estamos determinados a dar a la vida salvaje una mejor oportunidad», dijo la ministra de Medioambiente, Tanya Plibersek.
El gobierno incluyó 15 nuevas plantas y animales en la lista de especies amenazadas, que disponen de una protección especial bajo la ley ambiental.
Entre ellas figura la serpiente gris de Qeensland, el pequeño ualabí parma amenazado por incendios y depredadores y una especie de minúsculo saltamontes sin alas sensible a la sequía y los fuegos.
Los grupos ecologistas dieron la bienvenida al objetivo del gobierno, aunque pidieron reforzar la ley medioambiental que, hasta ahora, ha fracasado en su intento de proteger la flora y la fauna.
El objetivo es «ambicioso pero esencial si se quiere que las futuras generaciones de australianos vean animales como los koalas», dijo Basha Stasak, directora del programa de naturaleza de Australian Conservation Foundation.
Stasak cifró el coste de frenar la «crisis de extinción» en Australia en alrededor de 1.000 millones de dólares anuales.
La ONG WWF-Australia también pidió al gobierno invertir en planes de recuperación para las más de 1.900 especies amenazadas del país y no solo para las «110 ganadoras», dijo su responsable de conservación Rachel Lowry.
«La vida salvaje y los lugares salvajes de Australia están en un espiral descendente», afirmó.
Fuente: Excelsior