GSK y Novartis reforzaron el jueves sus compromisos para hacer frente a las enfermedades tropicales desatendidas, en un momento en que los líderes mundiales y los expertos en salud se reúnen en Ruanda para debatir cómo combatir mejor las enfermedades que afectan a más de mil millones de personas, en su mayoría en comunidades empobrecidas.
La intención es impulsar un esfuerzo renovado para hacer frente a unas 20 enfermedades que han sido erradicadas en el mundo desarrollado -desde la lepra hasta la rabia- después de que el trabajo en estas áreas se vio interrumpido por el costo económico de la pandemia.
GSK se comprometió a destinar 1,000 millones de libras esterlinas (1,230 millones de dólares) durante la próxima década al desarrollo de medicamentos y vacunas para hacer frente a las enfermedades tropicales desatendidas (ETD), así como a enfermedades infecciosas como la malaria, la tuberculosis y el VIH, que afectan de forma desproporcionada a los países con menores ingresos.
La empresa londinense, pionera en la creación de la primera vacuna contra la malaria, ha creado e invertirá en una unidad específica de salud mundial, que no generará ganancias para GSK.
La firma tiene más de 30 fármacos y vacunas en preparación para este esfuerzo, incluyendo productos diseñados para hacer frente a la resistencia antimicrobiana.
La farmacéutica suiza Novartis se ha comprometido a invertir 250 millones de dólares en los próximos cinco años para desarrollar intervenciones contra las ETD y la malaria.
De esa cantidad, 100 millones se han destinado a la enfermedad de Chagas, la leishmaniasis, el dengue y la criptosporidiosis. El resto se ha designado para la malaria, que causó la muerte de más de medio millón de personas en 2020, en su mayoría niños menores de cinco años en las zonas más pobres de África.
Por otra parte, la farmacéutica estadounidense Pfizer también ha ampliado su compromiso de donar Zithromax, un antibiótico para el tracoma, la principal causa de ceguera evitable en el mundo, a los países que luchan contra la enfermedad hasta 2030.
Las grandes donaciones de medicamentos sin un suministro sostenible ni inversiones en innovación son inadecuadas para el reto del control de las ETD», dijo el Dr. Bernard Pecoul, director ejecutivo de la iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi, por su sigla en inglés), una organización de investigación y desarrollo sin ánimo de lucro.
Dado que el cambio climático aumentará la carga de las ETD (…) y afectará más a los más vulnerables (…) ahora es el momento de comprometerse realmente con la investigación y el desarrollo de las ETD».
Fuente: Excélsior.