• La queretana comparte a la CONADE parte de sus actividades en la primera edición del Festival Deportivo Ecuestre; estuvo presente en Río 2016 y Tokio 2020

Los inmensos campos verdes del Club Hípico Montecarlo, en Santiago de Querétaro, engalanan la primera edición del Festival Deportivo Ecuestre, certamen que reúne por primera vez en la historia, a las disciplinas a caballo, esto bajo la iniciativa de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), donde una mujer camina apresurada destilando una sonrisa y amabilidad.

Es la queretana Amelia Gómez Su, cuarta de cinco hermanos, de los cuales, Enrique y Mónica, comparten la misma pasión: Los caballos. El amor por ellos inició cuando tenía 11 años, gracias a que su padre, mostró afición por la charrería y su madre, por la equitación.

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“Mis papás nos inculcaron el amor por el caballo”, refirió Amelia Gómez, en entrevista con la CONADE, quien agregó que hubo un tiempo que dejó de hacerlo por ir a la escuela; años más tarde, tras su matrimonio, volvió al aroma de las caballerizas.

“Crecí entre caballos”, dijo entre risas, al tiempo que sobre el césped de los campos del Montecarlo los jinetes y amazonas batallan con los obstáculos.

Quizá en su intento por volver a sentir la adrenalina y escuchar el bufar de los caballos, estos hicieron que regresara a escena. Se metió al estudio de los términos, reglas y lenguaje singular para seguir entre corceles.

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“No es complicado, sólo se debe tener cariño hacia los caballos. Los términos si son diferentes de una disciplina a otra, en la charrería es un poco más complicado que en la equitación, hay que saber diferencia uno del otro para entenderlos”, añadió.

Su debut como juez en Monterrey 

Fue hace 17 años cuando Amelia debutó como juez en el concurso hípico en Monterrey. Hacía falta personal para sancionar uno de los concursos de prestigio de equitación en México. Ella le entró.

“Ya era juez internacional, pero faltaban comisarios para la zona de calentamiento (paddock), me invitaron a estar en esa parte de la competencia y acepté. Me gustó porque ahí se tiene un contacto más cercano tanto con los caballos como con los jinetes y los caballerangos”, comentó Amelia, quien en su carta de presentación tiene dos Juegos Olímpicos en Río 2016 y Tokio 2020.

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Cada dos años Amelia Gómez, es calificada por un panel de la Federación Ecuestre Internacional (FEI), “la primera vez se debe saber las reglas, acudir a cursos cerca de la zona donde vives y tienes que pagarte el traslado, porque es algo para la superación personal”.

Disfruta cada instante que pasa entre los mejores ejemplares, que son unos verdaderos atletas y para ello la preparación es cada vez más alta. “Mi deseo es llegar a nivel 4”, que es el máximo nivel en el mundo.

“La FEI te envía a concursos de cinco estrellas y los organizadores de los concursos de menos estrellas ellos te invitan”, expresó la mexicana que además fue juez en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, Toronto 2015 y Lima 2019.

Ser juez internacional, un título que enorgullece

Para Amelia Gómez, representar a México, bajo ese contexto, es un orgullo, porque llevar al país a otras latitudes no tiene palabras, “se siente padrísimo. Debes ser imparcial y como juez no debes portar nada de nuestra Federación. Pero cuando tu compatriota gana o tiene buen desempeño se siente uno feliz”.

“No puedes llegar y festejar. Es mucho orgullo que sepan que eres mexicana. Ahora en Tokio fuimos tres como oficiales y se siente mucho orgullo”, afirmó.

Destacó que el mundo de los comisarios es importante y en las citas internacionales reconocen la labor como mexicana y eso la hacen agrandar su pasión por los equinos.

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También sostuvo que su concurso favorito por todo lo que significa es el CSIO Spruce Meadows (Masters) en Canadá a los pies de las montañas, ya que es el más cálido tanto por el público como por los organizadores, “es como la parte latina de los que hablan inglés”.

“Japón me impresionó, nos tocó en medio de la pandemia. No podíamos salir de la zona del concurso. Teníamos un rastreador en nuestra identificación. La gente nos abrió las puertas de su país y se portaron muy bien”, expuso Amelia que destila una sonrisa cada vez que habla de caballos sobre los campos del Club Hípico Montecarlo.

Fuente: CONADE.