Biden y Zelenski hablan por teléfono tras el hecho; exigen a Rusia cesar actividad militar y permitir acceso a bomberos
Cuando Rusia y Ucrania alcanzaron un acuerdo para crear corredores humanitarios, el ejército de Vladimir Putin rompió con este avance al lanzar un ataque contra la principal central nuclear europea, en Zaporiyia, provocando un gran incendio y elevando el temor de otro Chernobyl.
Horas después de la advertencia del presidente francés, Emmanuel Macron, de que “lo peor está por venir”, tras dialogar con su homólogo ruso, éste dio un paso más en la embestida y avivó la crisis con el fuego en una unidad de energía.
Ante el posible daño, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, sostuvo que se trataba de un gran riesgo, pues si estallaba podría ser 10 veces peor que el de Chernobyl en 1986, que dejó miles de víctimas en el reactor y múltiples daños décadas después por la exposición y contaminación radiactiva que alcanzó un radio de más de 100 kilómetros cuadrados, incluso a las naciones vecinas Rusia y Bielorrusia. Al respecto, el alcalde de Energodar, Dmitro Orlov, y el vocero de la planta, Andriy Tuz, ratificaron que enfrentaban una amanezca nuclear real.
Y de manera inmediata el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, llamó a sus aliados a despertar ante el terror nuclear impuesto por Putin, a quien acusó de intentar repetir lo sucedido en Chernobyl luego de retarlo a dialogar cara a cara sin condiciones, y exigió el cese de estas hostilidades, postura que respaldaron su canciller, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con quien conversó vía telefónica, así como otros líderes.
Tras los hechos, el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania (DSNS, por sus siglas en inglés), el regulador local y el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA) confirmaron que no se detectó ningún incremento en los niveles de radiación, que la seguridad de las instalaciones estaban garantizadas y que las afectaciones no fueron en el equipo primordial, sino en un edificio de formación y un laboratorio.
Sin embargo, sí hubo varios heridos por el fuego y el combate luego de disparos y bombardeos contra las instalaciones, pese a la resistencia de los mismos trabajadores, quienes bloquearon accesos a la zona y fue hasta casi tres horas después que los bomberos, a quienes también atacaron, ingresaron al lugar, y cerca de la zona se reportó la interrupción de evacuaciones por temor a quedar atrapados en zona nuclear.
En tanto, el primer ministro británico, Boris Johnson, adelantó que solicitará otra reunión del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para tratar el ataque peligroso de anoche, mismo que rompió con la tranquilidad que dio la segunda negociación en Bielorrusia entre Kiev y Moscú en la que pactaron un cese al fuego temporal para permitir más salidas, aunque el enviado de Zelenski, Mijailo Podoliak, admitió que sólo sería para ciertas zonas y aún no eran los resultados esperados con ciudades y puertos asediados, cuando ya reportan el primer pueblo prácticamente desaparecido, Volnovaja.
Y es que la amenaza de nuevos ataques no ha desaparecido, pues el líder del Kremlin no da señales de rebajar la situación, por el contrario, el ruso insiste que su “operación militar avanza según lo planeado”, de acuerdo con Macron.
Incluso, el equipo del líder del Kremlin ratificó ese posicionamiento al advertir que no hay motivo para desistir en sus condiciones —entre las que destacan el reconocimiento de Crimea, anexionada en 2014, como territorio ruso y que Ucrania no sea aceptada en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)—, pero no descartan pedir más garantías.
Fuente: La Razón de México