El yate de lujo, que fue adquirido por 650.000 dólares, forma parte de una colección exclusiva para The Sandbox, un videojuego enfocado en el metaverso.

Alguien ha conseguido comprar un yate de lujo por 149 ethereums, unos 650.000 dólares. A priori, un precio considerablemente bajo para una embarcación de estas características. Sobre todo, si tenemos en cuenta que los yates de lujo suelen costar millones de dólares. ¿El problema? El adquirido por el usuario anónimo no es un barco real, sino un NFT de Republic Realm, compañía enfocada en el metaverso.

El yate de lujo, llamado «The Metaflower Super Mega Yacht», podría definirse como un complemento para The Sandbox, uno de los juegos más populares del metaverso. La embarcación, que parece ser un objeto que nunca termina de renderizar (al más puro estilo del juego), tiene cuatro plantas y está completamente equipada, incluso con helipuertos en proa y popa o un jacuzzi en la planta principal. Pero lo que sorprende no es el barco en sí, sino cómo alguien ha podido pagar esa cantidad por un yate en el que nunca va a poder navegar en persona.

El NFT, considerado el más caro de The Sandbox hasta el momento, forma parte de un pack de tokens para el videojuego, en los que se incluyen villas de lujo, islas privadas, motos acuáticas, etc. Algunos de estos activos, según HypeBeast, se lanzarán próximamente. Por lo tanto, no sería extraño ver que, por ejemplo, una isla exclusiva supera la cantidad pujada por el mencionado yate.

La fiebre de los NFTs continúa en auge

Hasta ahora, los NFTs que se han vendido por cantidades similares han sido aquellos que tienen una especie de «valor» en internet: memes extremadamente virales, publicaciones históricas —como el primer tweet del ya antiguo CEO de Twitter— u otro tipo de activos digitales. Pero, ¿cómo un simple yate virtual que carece de un aspecto detallado ha conseguido obtener este valor?

Teniendo en cuenta que el objeto virtual entró a subasta y que fue el usuario quien aplicó este coste, suponemos que la compra ha estado influida, en cierto modo, por la locura de los NFTs. También, por supuesto, porque el internauta puede permitirse pagar 650.000 dólares en un barco virtual. En muchos casos, la compra de NFTs sirve como una vía de apoyo al creador —en este caso, a la desarrolladora del videojuego—. Eso sí, no todos los ‘tokens no fungibles’ pueden tener un coste tan elevado, y el ‘metaverso’, además, no tiene por qué ser un lugar para los más adinerados, como propone The Sandbox con esta lujosa extensión para su videojuego.

Fuente: HiperTextual.